JUL 212012 La resolución del juez instructor, Piero Bonnet, después de un ínterrogatorio a Gabriele que duró siete horas, fue calificada de "buena noticia" por el portavoz de la Santa Sede, el padre jesuita Federico Lombardi. Éste se refirió siempre al exmayordomo por su nombre de pila, Paolo, en un tono misericordioso y paternalista. De hecho, Gabriele pertenecía a lo que, en argot vaticano, se define como "la familia" del Papa, compuesta por sus secretarios personales y las personas que se ocupan de sus cuestiones domésticas, entre ellas varias religiosas. Aún más positivo para el Vaticano que la suavización del régimen impuesto a Gabriele fue el hecho de que sus abogados afirmaran taxativamente que actuó solo, sin cómplices. "Podemos decir con absoluza certeza que no hay redes o complots internos o externos al Vaticano en que esté implicado Paolo", dijo el letrado Carlo Fusco. "Detrás de Paolo no hay ninguna red de personas, ni interna ni externa", insistió Fusco. Este era el mensaje, obviamente, que la Santa Sede quería difundir al mundo, después de las múltiples especulaciones hechas por la prensa tras el arresto de Gabriele. Esas versiones periodísticas, aparecidas sobre todo en la prensa italiana, que hablaban de muchos más "cuervos" (la palabra italiana equivalente a los "topos" en español), fueron totalmente desmentidas, al menos oficialmente, aunque entre los informadores nacionales y extranjeros quedó un vivo rescoldo de escepticismo. Los periodistas, por cierto, fueron convocados en el Vaticano al mediodía, pero la rueda de prensa no se celebró hasta las 6 de la tarde. Según los abogados, Gabriele "colaboró ampliamente" con los investigadores desde el primer momento. Sustrajo los documentos por motivos sólo personales, "de tipo idealista", por "el deseo de hacer algo, un acto de ayuda, un acto de amor hacia el Papa". El exmayordomo, en opinión de Fusco, "quería hacer algo para que la Iglesia, de la que se siente hijo, pudiera ser más viva". "Seguramente está arrepentido del método usado", admitió el abogado. Fusco negó de manera rotunda que su cliente hubiera recibido dinero u otros beneficios personales por entregar los documentos. Los motivos citados por el abogado coinciden bastante con los esgrimidos por la fuente anónima citada en el libro "Sua Santità", del periodista Gianluigi Nuzzi. Parece evidente que fue Gabriele el informante principal. Dentro de pocos días se decidirá si se procesa a Gabriele y se envía a juicio, o bien si es absuelto. La primera es la hipótesis más probable. El exmayordomo no podrá, entre tanto, comunicarse con personas ajenas a su familia, pero sí ir a misa y hablar con un sacerdote de confianza. No puede excluirse un acto de gracia del Papa, sobre todo después de la eventual condena. Benedicto XVI ha recibido paralelamente un informe de la comisión cardenalicia, presidida por el purpurado español del Opus Dei Julián Herranz, que realizó su propia investigación sobre el caso. La noticia sobre el mayordomo eclipsó otra muy negativa. El Vaticano actuó contra la prestigiosa Pontificia Universidad Católica de Perú. Desde ahora no podrá llamarse ni católica ni pontificia. El Vaticano libra una batalla de decenios contra esta universidad, cuna de la teología de la liberación. El conflicto tiene un trasfondo doctrinal y también económico, dado el gran patrimonio de la institución y su pulso con la archidiócesis de Lima. |