AGO 262019 Como hace 500 años lo hizo Don Vasco de Quiroga, hoy la Ruta "está mejorando las condiciones de vida de las comunidades, sus infraestructuras, recuperado la arquitectura autóctona, el valor del patrimonio cultural tangible e intangible, y ha creado nuevas oportunidades y oficios, ha hecho viables emprendimientos locales basados en la cocina tradicional y la hospitalidad, empoderando a las mujeres y dando futuro a los jóvenes. Los municipios y las comunidades que integran la Ruta Don Vasco, son: Morelia, Tiripetío y Capula; Cuitzeo; Pátzcuaro, Tzurumútaro, Janitzio, Urandén, Yunuén, La Pacanda y Cuanajo; Tzintzuntzan, Ihuatzio y Ukazanástakua; Quiroga, Santa Fe de la Laguna; Salvador Escalante, Santa Cobre del Cobre y Zirahuén; Erongarícuaro; Huiramba y Tupátaro. Uruapan, San Lorenzo y Angahuan; Paracho, Nurio, Aranza y Pomacuarán; Charapan, Ocumicho y Cocucho; Los Reyes y Zacán; Nuevo Parangaricutiro, Pantzingo y ruinas del Volcán Paricutín; Tingambato, Zamora, Tangancícuaro y Chilchota, que siguen siendo comunidades receptoras del legado de Don Vasco de Quiroga, quien se inspiró en la utopía de Tomas Moro escrita el 1516, para impulsar los pueblos hospital en Michoacán. Asimismo, las huatáperas siguen siendo primordial en la organización social de las comunidades indígenas; uno de los ejemplos palpables, es la comunidad de Santa Fe de la Laguna, en donde, la vida en la comunidad gira en torno a la huatápera, el hospital. Don Vasco especializó a cada comunidad en un quehacer, incorporando técnicas europeas a oficios tradicionales, por eso Santa Clara es famosa por su cobre, Cocucho por sus cocuchas de barro o Uruapan por sus laqueados, floreciendo así una economía de trueque y comercio. Hoy en día los artesanos han elevado su oficio a artes y están ampliamente reconocidos. |