ABR 132024 Si el Principado reúne a las mayores celebridades del mundo, Casper Ruud hizo méritos para codearse entre algunas de ellas. El noruego alcanzó este sábado la final de Monte-Carlo Masters marcando el territorio sobre tierra batida, la superficie en la que ha rozado la eternidad durante las últimas temporadas en el ATP Tour. A sus 25 años, el escandinavo está preparado para buscar los grandes trofeos del circuito y el Masters 1000 monegasco podría ser un estupendo punto de partida. El de Oslo firmó la mayor victoria de su carrera derrotando al No. 1 mundial Novak Djokovic, al que superó por 6-4, 1-6, 6-4 en una batalla de ida y vuelta, donde tuvo tanto el control como el peligro sobre la palma de sus manos. Con una actuación repleta de frialdad, deteniendo la reacción de un rival acostumbrado a sobrevivir en situaciones límite, Casper mantuvo la mirada hasta alcanzar una de las finales más especiales de su carrera. "Estoy muy contento", dijo Ruud. "Es un día que recordaré durante mucho tiempo. Nunca había derrotado a un No. 1 mundial, jamás había vencido a Novak. Siento una inmensa felicidad. Estoy en estado de shock ahora mismo". "Tuve ventaja en el tercer set y me igualó, algo habitual en estos jugadores bajo presión. No quería dejar pasar la oportunidad y con el 0/40 del último juego no estaba cerrado. Cuando ha fallado el primer saque [con 30/40], recordé la cantidad de pelotas de roturas que salva con segundo servicio. Recé una vez, que haga una doble falta y alguien me escuchó. No es bonito acabar así el partido pero sentí satisfacción al ver el bote de la pelota". Los motivos para pensar en un imposible pesaban en la mochila de Ruud. El noruego jamás había vencido a un Top 3 mundial (0-11), el campeón de Roland Garros esperaba sobre la arcilla y todos sus duelos previos ante Djokovic se habían saldado con derrota, sin contar siquiera con el ligero alivio de un set en su poder. La Court Rainier III de Montecarlo, sin embargo, despojó todos esos pensamientos de la mente de Casper, dispuesto a firmar una de las semanas de su vida. Su concentración en el inicio del partido, asestando dos roturas a Novak en los tres primeros turnos al resto, fue un buen indicativo del duelo que llegaría a plantear. Ante la expectación del público, siempre atento a los problemas de un gran campeón, Ruud se hizo con una primera manga de gran personalidad. |