ABR 142024 Stefanos reconoció el camino hacia la copa al derribar uno de los muros más altos, batiendo por 6-1, 6-4 al noruego Casper Ruud, consolidado como gran perfil sobre polvo de ladrillo. El vigente campeón de Roland Garros se vio desbordado por la versatilidad del griego, capaz de dominar el tempo del partido desde el nacimiento de la final. La contundencia de su derecha, una amplia variedad al servicio y el apoyo de un juego de piernas excepcional hicieron del ateniense un coloso imposible de frenar en Montecarlo. En un torneo de gran peso en la historia, Tsitsipas grabó su nombre entre los grandes campeones del Monte-Carlo Country Club. El griego se convirtió en el quinto jugador capaz de levantar al menos tres copas individuales en la arcilla de Montecarlo, uniéndose al español Rafael Nadal (2005-12, 2016-18), al sueco Bjorn Borg (1977, 79-80), al austriaco Thomas Muster (1992, 95-96) y al rumano Ilie Nastase (1971-73). "Ha sido muy complicado. Volver a los podios y ganar torneos es algo impresionante", dijo Tsitsipas. "Tengo que dar las gracias a mi familia y amigos, también a Dios si está por ahí, por hacer posible este momento. Estoy muy agradecido a todas las personas que forman parte de este viaje. La tercera vez es incluso más especial que la primera o la segunda. Es una victoria increíble para mí. Lograr la victoria ha sido muy tenso. Quería este triplete. Me siento inmensamente feliz". La Court Rainier III no recibió un partido cualquiera. Sobre la arcilla se dieron cita los dos jugadores con más partidos ganados en la superficie desde 2020, dejando un aroma de control desde la bocana de vestuarios. Por encima de la tarima, la gestión de la oportunidad parecía la gran cuestión a ambos lados de la red. Con el regreso garantizado al Top 10, Stefanos buscaba levantar un ATP Masters 1000 dos años después. Con una hilera de grandes finales perdidas a su espalda, Casper anhelaba su gran momento en un escenario noble. El peso de los grandes partidos pudo afectar a Ruud en el inicio de la batalla, donde fue incapaz de mantener el duro ritmo de pelota planteado por Tsitsipas. El griego se mostró confiado desde la devolución, volviendo a manejar con maestría el tempo desde la línea de fondo. Aunque el noruego pudo escribir un set diferente, llegando a tener tres pelotas de rotura para equilibrar el 2-2, no encontró la precisión en sus golpes. Con una posición adelantada Stefanos logró un control total en el primer parcial, arrebatando tres turnos de servicio consecutivos a Casper para abrir en canal el partido. Una doble falta de Casper puso el punto final a una manga envuelta en nervios. El tiempo hizo aterrizar a Ruud en el partido, cuya derecha comenzó a equilibrar la batalla. El noruego amenazó con girar el guión del encuentro, generando opciones de rotura en los dos primeros turnos al servicio de Stefanos. El griego, que anuló las ocho opciones encaradas en el partido, mostró una frialdad sensacional para abordar el peligro. El séptimo juego del parcial, una tortura en la que salvó tres break points pese a dominar 40/0 fue la muestra definitiva de su dureza. Ni siquiera un globo entre las piernas de Ruud que provocó su remate fallido desvió la concentración de Stefanos, que terminaría sellando su gloria desde la devolución. |