DIC 182014 Hipólito permaneció al lado del féretro de su querido Manolo, su descendiente, de apellidos Mora Moreno y sí, aceptó que se siente culpable por su deceso. Mora Chávez rememoró: "Él y yo siempre fuimos unidos, era un muchacho noble, muy callado, no le gustaban los problemas, en una ocasión me abrazo y me dijo: Papi ya deje esto, lo van a matar, es muy peligroso y le contesté: "Hijo perdoname por ser tu padre, soy hombre de ideales y lamento ocasionarte problemas a lo mejor con esto...", hizo una pausa Don Hipólito y agregó: "Le ocasioné la muerte. Sí lo acepto, me siento responsable, me duele mi hijo, lo adoro y hay que seguir adelante". El jefe de la Rural de La Ruana también repasó el día de la balacera: "Los primeros disparos es cuando me le dieron a mi hijo y a otros dos muchachos; de ahí se originó todo, llegó un monton -de hombres de Simón El Americano- y les dispararon -a corta distancia a los nuestros-, y aquí están las consecuencias de no atender a mis súplicas". Sobre el ataque Hipólito dijo que no podía señalar a nadie de los que dispararon en contra de su gente, porque no los conocía: "No los voy a señalar, no voy a acusar a nadie injustamente, no lo voy a hacer, porque hay mucha gente -que anda con El Americano- que ni conozco". Igualmente, volvió a solicitar que sea la Procuraduría General de la República la que lleve la investigación de lo sucedido y expresó que espera que el Gobierno no vaya a quererlo meter injustamente a la cárcel, por segunda ocasión, platicó, pues expuso que a pesar de todo confía en las instituciones. Hipólito Mora, de igual manera, declaró que él sí disparó durante la refriega, pero afirmó estar seguro de no haber herido ni matado a alguien: "Yo sí disparé el rifle, no me dieron para traerlo en la mano sino para hacer el bien y para defenderne, pero estoy seguro de que no le pegué a nadie, pero que disparé sí lo hice, siempre he dicho las cosas como son: Con la verdad". El sepelio de Manolo fue en punto de las 14:00 horas de este jueves, primero hubo una misa en su honor en la iglesia del pueblo, llamada Santa María de Guadalupe y finalmente se dio su sepulcro, era gente hemanada del pueblo, humilde, y así fue enterrado. Los otros cuatro caídos del bando de Hipólito también fueron velados y llevados por sus seres queridos al Campo Santo de La Ruana, entre ellos Mario Ayala, Jesús Bustos y Reyes Mendoza; todos, incluyendo Manolo, despedidos como verdaderos héroes, con ráfagas al aire y cobijados por aplausos. |