DIC 072015 La alerta roja (la advertencia más seria de un sistema de cuatro niveles adoptado hace poco más de dos años) significa que las autoridades han pronosticado más de tres días consecutivos de contaminación severa. Una noticia en línea de la Oficina Municipal de Protección Ambiental dijo que emitió la alerta para "proteger la salud pública y reducir los niveles de alta contaminación". La lectura de las partículas PM2.5 trepó el lunes a 300 microgramos por metro cúbico y se anticipa que seguirá subiendo antes de que el aire mejore con la llegada de un frente frío el jueves. La Organización Mundial de la Salud considera el nivel seguro de dichas partículas en 25. Además del cierre de escuelas y la limitación del desplazamiento de vehículos día por medio, dependiendo de que el número de la placa termine en par o impar, otras restricciones buscarán reducir la cantidad de polvo y otras partículas contaminantes en la ciudad de 22.5 millones de habitantes. Las autoridades dijeron que se añadirán trenes subterráneos y autobuses ante el previsto aumento de pasajeros. Es la segunda vez este mes que la ciudad experimenta una racha prolongada de smog, con lecturas de las partículas PM2.5 hasta 976 microgramos en los suburbios. Beijing también se vio envuelta en un esmog persistente durante la mayor parte de noviembre, cuando aumentó la demanda de energía debido a un clima inusualmente frío. Aunque el nivel de contaminación en la capital mejoró ligeramente en los primeros 10 meses del año, el smog espeso que puede verse desde el espacio exterior fuerza regularmente a la ciudad a suspender las actividades al aire libre e incluso a cerrar carreteras debido a la visibilidad reducida. Anteriormente hubo rachas de smog intenso que duraron más de tres días seguidos. Pero para esas instancias se habían pronosticado duraciones de tres días o menos, por lo que no desencadenaron la alerta roja, que requiere un pronóstico de más de 72 horas consecutivas con niveles de 200 microgramos o más. Un estudio dirigido por el químico Jos Lelieveld, del Instituto Max Planck en Alemania y publicado este año en la revista Nature, calcula que 1.4 millones de personas mueren prematuramente cada año debido a la contaminación ambiental en China. |